Se acabó la dieta, han sido 9 largos meses que ahora me resultan cortos para todo lo que he aprendido y para lo que ha cambiado mi vida. 40 kg menos y un montón de alegrías más, y una cabeza bien amueblada para enfrentarme de nuevo a comer de todo. Empiezo una nueva etapa en mi camino, la de MANTENIMIENTO, muerta de miedo, no os penséis que no. Hoy me he enfrentado por primera vez a una de esas comidas que me hacían perder la cabeza y hacer que me saliera hasta por las orejas: LA PIZZA. Ha sido una experiencia curiosa, 9 meses sin pizza, y hoy, al probarla, he pensado... "pues tampoco es para tanto". A ver, me ha encantado, estaba muy buena, pero no tanto como para hacerme perder la cabeza. Por supuesto me encuentro pesadísima, así que esta noche, una fruta, y listo.

Hoy os traigo una receta de un sucedáneo de pizza que me hacía cuando me entraba el antojo y no podía comerla. Es sencillo y rápido y, como digo siempre, quien no se consuela es porque no quiere :-)

Ingredientes:

Clara de huevo

Tomate frito casero

Jamón cocido

Champiñones

1 sabanita de queso light

Preparación:

En una buena sartén antiadherente poner unas gotas de aceite, y añadir clara de huevo, que hará de base de nuestra pizza. Cuando esté cuajada añadir el tomate, los ingredientes que deseemos y el queso. Dejar que se derrita el queso y... ya está nuestra pizza. Podéis cuajar el huevo y completar los pasos en el horno, estará más rico.